La Realidad de la Vida

Photo Credit ''Juandc''


I. El cajero automático

''Contesta... marca lo que te indique la operadora''.

No entendía muy bien lo que quería decir mi padre pero sí que tenía que actuar rápidamente.

''...entonces marque CERO...'' Y la voz de la operadora se quedó en silencio por buen rato.

No tuve más opción.

''Ahora marque su DNI''... ''4748****''

''Muy bien, en unos momentos procederemos a bloquear su tarjeta de débito''

Qué!!!!!!!

Mi padre y yo habíamos cometido una tremenda burrada. Él por llamar al teléfono donde se tenía que reportar el robo o la pérdida de mi tarjeta. Y yo por no escuchar atentamente a lo que me decía la operadora.

Ahora nuevamente tenía que ir al banco a sacar otra tarjeta para sacar mi dinero. ¡Maldito momento!

Entré a la banca por internet. Y, al parecer, mi tarjeta aún no había sido bloqueado pero en mi mente estaba: ''Ahora cuando vaya al cajero se me va a tragar la tarjeta como la vez pasada... Ah!!!''

Molesto, me fui de la casa para intentar sacar el dinero que mi padre necesitaba para hacer unos pagos. ''Lleva tu DNI'', sugirió él. Y yo ''No es necesario''.

En el camino todo el tiempo seguí molesto. Estaba pensando en que mi tarjeta sería retenida por el cajero porque, como yo lo había bloqueado por caso de robo o pérdida, pensaría que yo era el ladrón. Y, por lo tanto, sonaría una posible alarma y quedaría detenido. ''Debí haber traído mi DNI, cosa que así sabían que yo era el propietario de la tarjeta y no el ladrón. Bueno, de todos modos, no soy el culpable, simplemente cometí una estupidez.

Llegué al cajero y, para mi alivio y sorpresa, el dinero salió normalmente.

Allí entendí que en todo ese momento estaba viviendo algo irreal. Creía que la tarjeta iba reportarme una denuncia. Creía que sonaría una alarma ficticia. Todo el recorrido estuve molesto en vano. Malogré mi momento por pensar, por creer algo que no estaba totalmente seguro.



II. Oportunidades

''Pero si ya lo estás haciendo conmigo'', dijo ella sonriendo, leyendo mis intenciones. Su amiga, quien estaba a varios metros de distancia, esperaba que terminásemos la conversación para que volviesen a lo suyo pero por suerte uno de mis amigos entró a hablarle para entretenerla.

''Sí, pero quería saber cómo era la manera correcta de hacerlo. Por ejemplo, ¿qué pensarías si yo te pidiera de frente tu MSN?''

''Eso sería demasiado directo''

''¡Exacto! Una vez a un amigo le pasó que le chotearon bien feo cuando estaba en el autobús. Y, obviamente, yo no quiero que me pase lo mismo que a él.''

Nuevamente sonrió.

''¿Qué me sugieres entonces?'', pregunté.

''Preguntarle su nombre''

''Por cierto... ¿Cuál es tu nombre?''

Ambos nos reímos. Seguimos hablando durante un minuto más y al final le pedí su facebook y me lo dio gustosamente. Pero hay algo de lo que me arrepentiré eternamente, y es que no llevé lapicero ese día y por esa misma razón no logro encontrar su facebook para poder hablar como habíamos quedado. Perdí una gran oportunidad, tal vez pero ya habrá más chicas por conocer en esta vida...

Cuando ya estaba cansado de tanto caminar. Mis compañeros y amigos, entre ellos un amigo de mi promoción, quien no hacía más que joderme, ya me tenía hasta aquí. Por eso me largué a otra parte a descansar. Seguramente que ellos harían de las suyas mientras yo estaba sentado por ahí.

Y así fue.

Allí estuvo uno de ellos con una chica caminando al lado. Sí que era linda la chica. Y para mi sorpresa ella le sugiere sentarse en una banca cerca donde yo estaba. Seguramente que él ni siquiera se hubiese dado cuenta de que yo estaba allí pero yo estaba impresionado.

Solamente los maestros, los expertos podían generar tanta confianza en una chica que apenas conocían como para sugerirle un lugar donde sentarse cómodamente. Y él estaba demostrando serlo.

Sabía que algo bueno sucedería hoy. Además, aunque muchos lo subestimaban a él, siempre nos pasaba algo bueno cuando éramos compañeros de ligue. Por eso sabía que sucedería algo bueno ese día.

Luego me paro y me aproximo más hacia donde estaban ellos dos. Sólo para chismosear un poco... Y, entonces, veo que tanto él como ella estaban mirando a su alrededor como si estuviesen a punto de hacer algo secreto. Yo dije en mis adentros: ''Oh, oh... Espero que no se den cuenta de que yo estoy observando y escuchándolo todo''.

Por eso que me fui.

Al rato después me lo encontré nuevamente.

''¿Y qué fue? ¿La besaste?''

''No, nada. Siento que hubo algo que me impedía''.

Me dijo que ella le contó que todos sus amigos y las personas que estaban a su alrededor opinaban que ella era una persona cerrada, pero ella estaba en desacuerdo con eso. Él en su mente tenía la idea: ‘’Ella esta receptiva conmigo para demostrar que no es como piensan las demás personas de ella’’. Por eso quiso avanzar la interacción a un nivel mucho más profundo.

''Había algo que me bloqueaba inconscientemente'', decía él. Quizás era una excusa, quizás era la verdad. Pero de algo estaba totalmente seguro: y es que había perdido una oportunidad, al igual que yo. Pero lo que más me sorprendía era que se criticaba fuertemente: ''Es que estoy acostumbrado a ser rechazado... y mi mente piensa cosas malas incluso antes de hablar con alguien...''.

''No, tío, tú simplemente has perdido la oportunidad. ¡Tenías para acabar en un beso!'', y decidí hacerle ver la realidad: ''Yo me quedé impresionado por lo que hiciste cuando ambos se sentaron. Me hiciste recordar a Núcleo.''

''Oh, sí, yo también me quedé en estado de shock. Es la segunda vez que me pasa algo así''

''¿Ya ves? Lo que pasa es que estás tan enfrascado en tu mente que no ves la realidad con tus verdaderos ojos. Estás viviendo la realidad de tu mente y no la realidad de la vida ''

Le conté el caso del cajero automático que había vivido días atrás y comprendió más exactamente a lo que quería llegar.


III. La Realidad de la Vida

Muchas veces perdemos el tiempo en enojarnos en cosas que no valen la pena o también lloramos por alguien de quien estábamos muy enamorados, sufrimos por un gran amor, y, sin embargo, lloramos por alguien que solamente existe en nuestra mente y no en la vida real. Cuando nos enamoramos simplemente nos enamoramos de la persona que creemos que es, y no de la que verdaderamente es. Esa es la gran diferencia entre el amor y el enamoramiento.

O también como en mi caso que todo el tiempo que estuve en el carro, desde mi casa hasta el cajero automático, maldije el momento en vano. Fue innecesario hacerlo porque aún no veía el resultado de lo que había hecho. Simplemente me imaginaba. Creía. Pensaba. Sospechaba. Pero no disfrutaba del momento de estar en el carro hasta antes de llegar al cajero, no disfrutaba de la frescura del viento en la noche de verano, no disfrutaba de la luna llena que embellecía e iluminaba todas las calles. No veía la realidad de la vida.

Mi compañero estaba echando la culpa a su mente porque, según él, la delató; pero, en realidad, era su propia mente quién culpaba a sí misma.

En cambio, cuando yo le di mi perspectiva, como si yo fuese el espectador de la película en la que él estaba metido, se dio cuenta de la verdadera realidad de la vida: Él estaba haciendo algo increíble, algo que muy pocos saben hacer. Sin embargo se dejó llevar por el ego. El ego se hinchó cuando creyó que ella lo utilizaba para demostrar que era más sociable de lo que la gente opinaba.

El ego nos hace entrar en conflicto interno, produce confusión. En cambio, el verdadero Ser ve la realidad de la vida con una simpleza, con una dulzura, con una ternura y con gran alegría. Aprovecha cada momento de la vida como una nueva oportunidad para ser feliz.

Eso fue lo que entendí a partir de esas dos experiencias que me ocurrieron en esta semana. Dejar el ego a lado y comenzar a ver la vida con unos ojos más humildes para disfrutar de la vida como debe ser.

Espero que compartas mi misma perspectiva y empieces a disfrutar tus momentos a partir de la realidad de la vida

La, la, la ♪

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